Final de Copa del Rey: Así jugó el Real Madrid
El miércoles asistimos a uno de los mejores partidos de la temporada, riquísimo a nivel táctico y con una intensidad heróica. En el artículo de hoy repasaremos algunas de las premisas del planteamiento del portugués José Mourinho, ganador de la batalla (0-1).
VARIACIÓN EN EL CENTRO DEL CAMPO
Mourinho decidió jugar con un 4-1-4-1 pero esta vez con Alonso en el vértice y Pepe de interior izquierdo. El objetivo era presionar más arriba y no dejar a jugar a los interiores del Barcelona, Xavi e Iniesta. En el partido de liga el repliegue era más intensivo siendo Messi el jugador a parar. Esta vez las marcas establecidas fueron Pepe-Xavi; Khedira-Iniesta; Alonso-Messi aunque fue un marcaje al hombre en la zona. Hubo menos persecuciones y si Messi entraba en la zona de Pepe, era el portugues quien fijaba al argentino y no el mediocentro español. Además, muy bien trabajada la rotación del ya famoso "trivote" (en realidad, un pivote y dos interiores). Cuando Alonso salía, Pepe o Khedira ocupaban su zona y en todo momento se mantenía el triángulo aunque los jugadores intercambiaran posición. Eso neutralizó la salida por dentro del Barcelona y el juego entre líneas.
COMPORTAMIENTO DEL SECTOR DEFENSIVO PARA FRENAR A LEO MESSI
En las pocas ocasiones que el Barcelona conseguía filtrar pases en situación favorable para Messi, Sergio Ramos sobre todo y en ocasiones Carvahlo salían al quite al tiempo que los laterales cerraban junto al central restante formando un 3+1 y dejando las bandas liberadas a sabiendas de que el Barcelona no buscaba el juego de centro y remate. En esas situaciones del juego, los exteriores, sobre todo Di María, hacían de falso lateral para evitar las incorporaciones de los laterales del Barcelona, Alves y Adriano.
LA BANDA DERECHA DEL BARCELONA
Uno de los grandes peligros de jugar con planteamientos defensivos contra el Barcelona es el efecto sorpresa Alves. El equipo acumula jugadores por dentro y cuando el rival bascula buscan balón vertical al brasileño. También es habitual ver desmarques de apoyo de Pedro que aleja al lateral de los centrales y así tanto Messi como Alves pueden aprovechar el espacio. El Real Madrid tenía clara la jugada y Di María y Marcelo intercambian posiciones demostrando un gran trabajo táctico; al tiempo que Marcelo seguía a Pedro o buscaba la presión sobre Alves, Di María cerraba por detrás suya jugando en momentos concretos como un lateral izquierdo más. El Barcelona se quedaba así sin espacio que ocupar en las bandas, uno de sus puntos fuertes y así el juego siempre iba de dentro a dentro jugando en la zona Real Madrid (Ramos, Carvahlo, Pepe, Khedira, Alonso).
DEFENSA CENTRAL DEL REAL MADRID
Como comentabamos cuando hablabamos del comportamiento defensivo del Real Madrid cuando recibía Messi, los blancos jugaron siempre muy juntos y haciéndose fuertes en el carril central. Las bandas estaban completamente liberadas por puro conocimiento del juego rival, débil en el juego áereo. Di María y Ozil eran los encargados de taponar esas zonas haciendo que Arbeloa y Marcelo nunca comprometiesen a los centrales dejándolos en situaciones de dos contra dos o tres contra tres.
SAQUES DE PUERTA DEL F.C. BARCELONA
El Madrid variaba el sistema para presionar más arriba y dificultar la salida de balón del Barcelona desde Pinto. Ronaldo tapaba línea de pase entre centrales y Khedira o Pepe se desenganchaban, jugando de falso mediapunta para cerrar a Busquets. Los extremos presionaban arriba y Alonso y otro mediocentro formaban un doble pivote haciendo vigilancia especial sobre el interior más cercano a balón del Barça.
SAQUES DE PUERTA DEL REAL MADRID
A sabiendas del poderío aéreo y la diferencia de altura, el Real Madrid jugaba con un 4-1-1-4 cuando sacaba Iker. Los extremos, Ronaldo y Khedira de delanteros y Pepe unos metros por delante siendo el objetivo de Iker para buscar la prolongación. La línea de cuatro seguía en línea (en comba, realmente) y Alonso por detrás de Pepe para buscar segunda jugada o cortar contragolpe.
VENTAJA PIQUÉ
El Real Madrid, al contrario que muchos equipos que liberan al otro central y tapan línea de pase con Piqué, dejó jugar al central catalán. Es más, Ronaldo no presionaba para jugar sobre su espalda y cuando irrumpía en campo contrario, si el Madrid estaba junto, eran los jugadores laterales (Ozil y Arbeloa) los que salían al paso. El objetivo era robar y buscar a Ronaldo a su espalda. Cuando era un mediocentro el que neutralizaba a Piqué, siempre tapando línea de pase y la defensa se colocaba en un 3+1 (muchas veces siendo Arbeloa el que salía de su posición para equilibrar al equipo).
FASE OFENSIVA
No hablaremos hoy de la fase ofensiva porque la premisa ya la comentamos en el artículo anterior. La clave era tener una transición rápida y buscar desplazamientos largos para presionar en campo contrario y evitar pérdidas en la zona de inicio que son letales contra el Barcelona. Ante los de Guardiola, una pérdida en el primer pase sale muy caro. La primera opción era siempre Ronaldo buscando la espalda y por detrás suyo una línea de cuatro jugadores, tres de ellos muy potentes (Khedira, Di María y Pepe) para ganar segunda jugada y empezar a jugar en campo contrario. Cuando había tiempo y espacio, balones a Ozil y Di María al pie para que buscaran conducciones o último pase haciendo correr hacia atrás al Barcelona.
EL GOL
Los dos goles del Real Madrid en estos primeros clásicos nacen en un dos contra uno contra Alves. En Liga, Ronaldo recibe, Marcelo dobla y penalti. En Copa, Marcelo recibe, Di María dobla, centro y gol de Cristiano. En este último partido, el gol es una recompensa al planteamiento: Messi pierde el balón en su propio campo (una de las ventajas del Real Madrid es que está empujando a Messi cada vez más hacia zonas intrascendentes y casi siempre jugando por delante de mediocentros, nunca entre líneas), roba Pepe y balón al pie a zona lateral (una de las premisas de la fase ofensiva del Real Madrid. Dos contra uno a Alves y lo demás, ya lo saben.
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