Zapata, el benjamín de Juan Rojas
Su padre era una bella persona. Nuestros padres fueron amigos y luego compañeros. Yo le ví jugar en Las Chocillas sin saber que era el hijo del amigo de mi padre. Zapata, era un honrado trabajador de La Estación de Servicio Las Lomas y mi padre un camionero al que le hizo mil favores: primero con el Ebro y luego con el Pegaso.Su padre era un enamorado del fútbol cuando en España no había otra cosa. En su barrio de Regiones tiraba más el Hispania, pero el niño a los once años se pegó una ‘panzá’ de andar y se fue a Las Chocillas y “me tiré con ellos hasta que se hizo la Agrupación y pasé al Almería”.Su carrera fue meteórica ya que jugaba en Preferente con 16 años y en Tercera con 19. Aquel Plus Ultra de Maxi, Rojas y Goros no fue de su quinta porque “yo era el benjamín del equipo. Ellos habían nacido en los cuarenta y mi ficha era de 1952”. Siempre iba con los ‘juanes’, “Juan Goros y Juan Rojas” y éste último le decía: “Si centraras bien me inflaría de meter goles”. A lo que respondía Zapata: “Cada uno a lo suyo que a mí me gusta correr la banda”.Empezó de interior derecho pero: “Santiago Errazquín me colocó de lateral y allí me quedé”. Aquel fútbol de antes nunca volverá porque “me iba de Regiones a Las Chocillas andando y la afición en chorro por la carretera Alhadra me iba motivando”. La gente lo vivía y “tanto en Las Chocillas como en el Estadio de La Falange fui un jugador feliz”. Una grave lesión truncó su carrera y se perdió la Segunda tan deseada y la Primera, conquistada. Hasta en el momento más difícil supo estar y “me marché a mi casa sin hacer ruido”. Su padre lo contaba indignado y Pepe calló la injusticia para siempre.
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