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Fútbol del Poniente Almeriense

TELE SANTANA. El 'jogo bonito' como principio

Tele Santana

TELE SANTANA, ’FIO DE ESPERANÇA’

A la selección brasileña le hubiese bastado un empate ante Italia para alcanzar las semifinales del Mundial de 1982. Pero hay entrenadores incapaces de renunciar a sus principios futbolísticos bajo ninguna circunstancia. Tele Santana lo fue entonces. Aquel brillante equipo quedó eliminado víctima de su propia valentía. Brasil fracasó, pero su ’jogo bonito’ perdurará siempre.

El ’jogo bonito’ como principio

  • "El fútbol es arte, es divertido, siempre atacando"

  • "Si tengo que mandar a mi equipo a dar patadas al rival o a ganar con un gol robado, prefiero perder el partido"

  • "No hago milagros, no soy un inventor. Sólo trabajo con dedicación y mucho respeto"

  • "Hay quienes me llaman romántico, pero me dedico al fútbol y eso me satisface mucho"

 

A la selección brasileña le hubiese bastado un empate ante Italia para alcanzar las semifinales del Mundial de 1982. Habría sido el premio mínimo y merecido para un equipo compuesto por un centro del campo de fábula: Sócrates, Zico, Falcao y Eder. Hay entrenadores incapaces de renunciar a sus principios futbolísticos bajo ninguna circunstancia. Tele Santana lo fue entonces. Aquella brillante selección quedó eliminada 3-2 víctima de su propia valentía. Brasil fracasó, pero su jogo bonito perdurará siempre.

Santana nació en 1931 en Itabirito, al sureste del país. Se crió en un ambiente futbolero favorecido por la figura de su padre, entrenador y presidente del equipo local. Junto a él depuró sus facultades como delantero. Empezó a volar en solitario a los 20 años, en elFluminense. Era un joven de aspecto frágil, pero ágil e inteligente. Abordaba con descaro defensas temibles. No se intimidaba ante nadie. Amaba los retos. En Brasil se le recuerda como un amante de las causas perdidas.

"Más importante que ganar una Copa del Mundo es presentar el mejor fútbol. Lo importante es el espectáculo". Esta frase de Santana justifica la inesperada derrota mundialista del 82, bautizada como ’la tragedia de Sarriá’. El orgullo por el juego que desplegó la selección hizo aún más amarga la desdicha de latorçida. Algunos hinchas desbocados intentaron quemar su casa. Optó por la distancia y se refugió en el dinero saudita del Al-Ahli, su única experiencia en el extranjero.

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Nunca antes un seleccionador brasileño había tenido una segunda oportunidad tras un fracaso mundialista

Para entonces parecían muy lejanos los éxitos conseguidos en los diferentes campeonatos estatales en los que había entrenado. Su carrera en los banquillos comenzó en su querido Fluminense en 1969. Logró títulos con el Flu, con el Atlético Mineiro (1970-1976) y el Gremio (1977-1979). Tras un paso baldío por el Palmeirasaceptó el cargo de seleccionador.

El peor error que se pudo achacar a Santana en 1982 fue el de intentar ser fiel a la tradición de una camiseta. Su honestidad futbolística fue el mejor crédito que encontró la CBF para ofrecerle la ocasión de la venganza mundialista. Nunca antes un seleccionador fracasado había tenido una segunda oportunidad. Se le consideró el último hilo de esperanza -fio de esperança- al que aferrarse para ganar el Mundial de México de 1986. El pasado y la responsabilidad resquebrajaron la filosofía de un escarmentado Santana. "Esta vez no cometeremos los mismos errores. Jugaremos a la defensiva", anunció. Hubo demasiadas distorsiones internas y externas durante el clasificatorio sudamericano y el torneo. Brasil no pasó de cuartos.

Pese al doble fracaso conquistó el cariño de la fanática afición brasileña. La revista Placar quiso saber cuál era para sus lectores el mejor entrenador de la historia del país como motivo del partido número 1.000 de la selecçäo. El elegido fue Tele Santana.

Con maestría hizo del Sao Paulo el mejor equipo del mundo a principios de los 90. Lo ganó todo en Sudamérica (un Brasileirao, dos Libertadores, dos Recopas, una Supercopa…) y extendió su dominio al resto del mundo al hacerse con la Copa Intercontinental durante dos años consecutivos y ante dos equipos de leyenda: el Barcelona de Johan Cruyff, en 1992; y el Milan de Fabio Capello, en 1993.

Un derrame cerebral en 1996 le obligó a dejar de entrenar para siempre. Fumador y diabético, debía atender su salud por encima de cualquier cosa. Aunque siguió ligado al fútbol como asesor del Palmeiras, el futuro sólo le deparó complicaciones. Tele Santana falleció el 21 de abril de 2006. Su cuerpo descansa abrazado por el afecto de millones de brasileños en el cementerio Parque de la Colina, en la capital del estado de Minas Gerais, en la ciudad de Belo Horizonte.

angel.liceras@marca.com

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