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Fútbol del Poniente Almeriense

El Ajax de Johan Cruyff y el florecimiento del 'fútbol total'

EQUIPOS DE LEYENDA

La plantilla del Ajax posa con la Copa de Europa de 1972

La plantilla del Ajax posa con la Copa de Europa de 1972

Hubo una época en la que Holanda no contaba en el panorama futbolístico internacional. Una etapa no tan lejana en la que encontrarse con un equipo tulipán en cualquier competición era sinónimo de trámite. Así fue hasta que un tipo desgarbado y de físico endeble de 17 años, allá por 1964, debutaba en la Eredivisie. Nacía una leyenda, surgía uno de los considerados 'cuatro grandes' y, con él, aparecían las raíces de un equipo destinado a hacer historia. Holanda dejaba de ser una mera comparsa y el fútbol saludaba por primera vez a Johan Cruyff.

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Johan Cruyff a su llegada a Amsterdam con la Copa de Europa

El 'Flaco' se estrenó con el primer equipo un 15 de noviembre en 1964 ante el Groningen y no decepcionó. Marcó el único tanto en la derrota de los 'Ajacied' y mostró los primeros síntomas del derroche de talento que se avecinaba. Firmó junto a otro canterano, Piet Keizer, su primer contrato como profesional y se sentaron las bases del equipo que dominaría Europa a principios de los 70. Golpeado en su infancia por la temprana muerte de su padre, Cruyff veía como la vida le sonreía por primera vez. "Eh, señora, ¡deje de lavar esa ropa! Ahora tendrá que atender a Johan Cruyff, el más grande jugador de fútbol del mundo". Así se presentó en casa el crack holandés con su primer contrato bajo el brazo. Había llegado la hora de soñar.

Bajo las órdenes del mítico Rinus Michels, el equipo holandés fue asimilando los conceptos necesarios para desplegar lo que más adelante se bautizaría como 'fútbol total'. Aunque varios equipos ya había practicado este tipo de juego, fue el Ajax el que perfeccionó esa filosofía y protagonizó su confirmación. Los tres elementos fundamentales de esta manera de entender el fútbol eran tres: practica del fuera de juego, pressing ofensivo y posesión del balón. Bajo esos tres pilares se sustentaba una apuesta en la que la polivalencia de los futbolistas para ocupar distintas posiciones a lo largo del encuentro era imprescindible.

El primer aviso de lo que sería ese Ajax llegaría en 1966, con un sorprendente 5-1 al legendario Liverpool de Bill Shankly. 'El General', como así se conocía a Michels dado su gusto por la disciplina, asignó un plan de preparación física específica para Cruyff con el objetivo de fortalecer sus condiciones y evitar que su débil constitución frenara su progresión. Confeccionó un equipo en torno al 'Flaco' y los resultados no tardaron en llegar.

De la afrenta del Feyenoord al éxito en Rotterdam
En la temporada 68-69, el equipo 'Ajacied' se quedó a las puertas de la gloria al caer en la final de la Copa de Europa ante el Milan (4-1) de Trapatoni. Una temporada después, fue el Feyenoord el que se cruzó en el camino de los de Michels. El eterno rival, además, hurgó en la herida al proclamarse campeón y aterrizar en Amsterdam con la 'Orejona'. La enorme expectación ante su llegada provocó una aglomeración que desbordó el aeropuerto de Rotterdam y obligó a que los campeones pisarán suelo holandés en territorio enemigo.

Un afrenta que se cobraría el Ajax dos años más tardes. Pero antes, en 1971, la llegada de Ruud Krol y Gerry Mühren completaron una plantilla de ensueño (NeeskensHaan, Keizar, Cruyff...) que terminaría levantando su primera Copa de Europa en Wembley. El rival, el Panathinaikos de Puskas, apenas pudo presentar oposición a los de Michels, que ganaron con goles de Van Dijk y Haan. La capacidad de conjugar ese gusto por el ataque con una solidez defensiva inusual para un equipo de ese estilo les llevó a dominar el viejo continente. No en vano, ese año Heinz Stuy permaneció hasta 1082 minutos sin recibir un solo gol.

Aquella noche mágica sería la última de Michels como técnico del Ajax. Mientras Cruyff recibía el primero de sus tres Balones de Oro, el relevo en el banquillo 'Ajacied' se consumaba con el nombramiento de Stefan Kovacs, ayudante del propio Michels. El técnico rumano abogó por la cotinuidad tanto en el sistema como en el estilo de juego y optó por perfeccionar la táctica y respetar el talento del equipo holandés. "¿Qué podía yo decirles a Johan Cruyff o a Neeskens? Absolutamente nada. Sólo les dejaba jugar", ironizaba Kovacs cuando se le preguntaba por sus métodos.

Su primer año no pudo ser más fructífero. El Ajax conquistó hasta cinco títulos, un hecho sin precedentes. A los títulos de Liga y Copa se sumaron la Supercopa de Europa ante el Rangers (la primera que se disputaba en la historia), la Intercontinental frente a Independiente y la su segunda Copa de Europa consecutiva. Ésta se conquistó en el momentó algido de esa generación de futbolistas. Por si no fuera suficiente premio, ese día el escenario fue el estadio De Kuip de Rotterdam. El Ajax se tomaba así su particular revancha merced al doblete de Cruyff.

Era difícil que el Ajax no bajara el pistón tras ganar absolutamente todo en una temporada. Al menos así rezaba la lógica, en total desacuerdo con un Ajax que siguió acaparando el balón a nivel nacional y europeo. "Si nosotros tenemos la pelota, ellos no pueden marcar". Bajo esa premisa expresada por Cruyff los 'Ajacied' sumaron su cuarta liga de la época y volvieron a reinar en Europa. Esta vez, el escenario fue Belgrado y el rival la Juve de Zoff y Capello. Un gol de Johnny Rep fue suficiente para sentarse por tercer año consecutivo en el trono europeo.

Tercera y última para aquella generación que comenzó a desintegrarse con la salida de Cruyff en 1973 rumbo a Barcelona. El 'Flaco', rebelde por naturaleza, respondió a las negociaciones del Ajax con el Madrid para acordar un traspaso fichando por el eterno rival por 60 millones de las antiguas pesetas. A la fuga del gran talento holandés le siguieron otros como Neeskens, Rep, Haan, etc. Demasiados cambios para mantener el engranaje de un equipo que jugaba de memoria y que había adquirido ciertos automatismos únicos y fundamentales para plasmar su idea de juego en un campo de fútbol. Al menos, su legado garantizaba que Holanda no volviera ser nunca más el gran olvidado del viejo continente.

jaime.rincon@marca.com

 

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